¡Arde, bruja, arde! O Las muñecas de Madame Mandilip (reseña del libro)

¡Arde, bruja, arde! (1932) Es una novela de Abraham Merrit, escritor estadounidense nacido a finales del siglo XIX, quien se destacó en los géneros de fantasía y ciencia ficción (sí, también me gusta la fantasía como género literario y la ciencia ficción cuando es amiga del terror) 👻. Inicialmente, el nombre del texto iba a ser Las muñecas de Madame Mandilip, pero por cuestiones de marketing se descartó este título (claro, nombrar brujas ardiendo suena más macabro, supongo).

En su experiencia profesional, el autor tuvo la oportunidad de involucrarse con temas de corte arqueológico, motivo por el cual su obra está permeada por toques relacionados con culturas y razas antiguas, temática que entremezcla exitosamente con el horror, la fantasía y el ocultismo, llegando a tener influencia, incluso, sobre autores como H.P. Lovecraft.

Hacía buen tiempo que no me dedicaba a leer ninguna historia de este género 👹, y en una búsqueda no muy ardua me encontré con este título y me llamó la atención, incluso por el hecho de que tiene una segunda parte (la cual estoy apenas leyendo) llamada ¡Arrástrate, sombra, arrástrate!

Nota: hago esta reseña varios meses después de concluir la lectura, así que es probable que incurra en algunas imprecisiones.

😍 Si vas a leer el libro:

Este libro no es muy extenso y es súper digerible. Nada de romanticismo, de técnicas literarias complejas ni de darle muchas vueltas al asunto. Es de esos textos que te mantienen ávido de curiosidad de principio a fin (a veces hace falta leer historias que se mueven rápido, sobre todo para las personas que tienden a aburrirse pronto con los libros o que no son lectores muy frecuentes). Si te sientes identificado y quieres una historia emocionante para desoxidar un poquito, te recomiendo este libro.

La historia del libro se encuentra enmarcada en un capítulo particular de la historia del doctor Lowell, hombre de mediana edad, quien era un reconocido médico especialista en neurología y trastornos cerebrales. Un día recibe en el hospital a un hombre que había sido víctima de una extraña y perturbadora parálisis, el cual fue llevado allí por un mafioso apellidado Ricori, quien le ofrece una enorme cantidad de dinero por salvar a su servidor, o, al menos, por descubrir de qué se trataba el extraño mal que le había atacado tan repentinamente.

A partir de este suceso, la historia empieza a tener un matiz de suspenso, intriga y, más tarde, de terror, pues el doctor Lowell empieza a investigar la causa de este mal, pues nunca en su vida había sido testigo de un trastorno con estas características tan singulares.

😓 Si no vas a leer el libro:

Entonces retomemos desde el párrafo anterior. El doctor Lowell quedó tan perturbado con el extraño caso (se trataba de una parálisis en la que la persona quedaba totalmente perdida en una mueca de horror y no respondía a ningún estímulo exterior, lo cual le llevaba a la muerte en un espacio de pocas horas, caracterizándose también por un rigor mortis excesivamente rápido y porque, además, ciertas células del cuerpo presentaban una fosforescencia que nunca se logra explicar) que decidió escribir a otros médicos preguntando si habían tratado a pacientes con síntomas similares.

Mientras transcurría su investigación, tuvo contacto mucho más frecuente con Ricori, quien estaba convencido de que lo sucedido tenía relación con el “arte negro” (como se le va a denominar definitivamente) y la brujería, ideas que eran drásticamente rechazadas por el doctor Lowell, en correspondencia con su papel como científico. Ricori también empezó a investigar por su parte, conociendo este de manera estrecha la vida de su servidor fallecido, y fue así como luego fue llevado por McCann (quien era el servidor más leal de Ricori) a la casa de Lowell, luego de haber sido, nada más y nada menos, "apuñalado por una muñeca" 😒.

Por obvias razones, Lowell no creyó en lo más mínimo esta versión de los hechos, y su primera reacción fue sospechar que McCann y el conductor habían sido cómplices de asesinato. Mientras, Lowell trata de actuar con cautela, pues no le es dado fiarse de una historia fantástica de muñecas asesinas, pero también es consciente de todos los acontecimientos extraños que han sucedido y de las múltiples pruebas extrañas que ha visto de que, en realidad, algo muy particular podría estar pasando.

Para ganar la confiabilidad de Lowell y descubrir al atacante de su jefe, McCann toma cartas en el asunto y busca a la hermana del primer fallecido, quien le da información relevante sobre un caso similar, y es de donde obtienen entonces el dato de que, muy seguramente, las muñecas fabricadas por una mujer conocida como Madame Mandilip 👀podrían tener alguna relación con ambos casos de muerte.

Así, Lowell y los sirvientes de Ricori dan con el lugar donde Madame Mandilip tenía una tienda en la cual vendía muñecas fabricadas por ella misma, y empiezan a vigilarlo día y noche hasta que obtienen varios datos sobre quiénes lo habitan (Madame y una joven de aspecto enfermizo) y sus costumbres.

Luego de la muerte, por causas similares, de una de sus enfermeras (fundamental en la historia porque señala el modus operandi de Madame Mandilip, quien atrae a algunas personas y les ofrece realizar una muñeca con la réplica de su propia imagen, hipnotizándoles para tal fin y, una vez terminada su obra, la persona muere y pasa a ocupar el cuerpo de la muñeca, la cual es comandada por su fabricante), Lowell decide ir personalmente a la tienda, donde se hace pasar por otra persona para ver qué tan cierta podía ser toda la información que conocía sobre esta mujer.

En las visitas que hace a Madame Mandilip se percata de que, efectivamente, es hipnotizado al entrar; incluso esta tiene la capacidad de cambiar su apariencia física para ganar la confianza y la admiración de las personas de su interés. Además, vio la muñeca de su enfermera, lo cual le deja ya un mínimo porcentaje de duda sobre las hipótesis de Ricori y McCann (independientemente de que una parte de sí se resista a aceptar lo que él considera como fantástico).

Siendo conocida por la bruja la artimaña de Lowell, envía a sus muñecas a asesinarlo esa misma noche 🔪. Si bien Lowell sale ileso, las muñecas le arrebataron la vida de su médico acompañante al atacarle directamente y dejar caer sobre este una enorme lámpara, tal como se ve en la siguiente ilustración (y donde se puede tener una idea del tamaño de las muñecas).

Por cierto, las ilustraciones son geniales. Todas de Virgin Finlay.
La captura es de mi Kindle.
Una vez Ricori se repone del ataque, deciden enfrentar a la bruja. En este último episodio soportan un ataque de esta mediante hipnotismo que, a mi parecer, fue narrado de modo suficientemente descriptivo. Aquí, la muñeca de la enfermera, a la cual se describió como la única que lograba resistirse al mandato de la Madame, logró ayudarles en su escape del encantamiento a cambio de su propia vida. Y es así como, finalmente, lograron producir un incendio y fue así como la bruja ardió, dando fin a la historia y descubriéndose el misterio.

💅 Mi opinión sobre la lectura:

La historia estuvo bien estructurada, a pesar de todo el entramado que se da por las investigaciones que van realizando los personajes para descubrir el misterio, así que no hay lugar a confundirse porque todo es bastante claro. Tampoco me parece que hayan sobrado personajes o que el autor se haya detenido en diatribas innecesarias (lo único que se ve un poco en relación con este punto son las consideraciones ocasionales de Lowell, quien se niega a dar crédito a la posibilidad de la existencia del mencionado “arte negro”, incluso después de enfrentar a Madame Mandilip personalmente).

Considero que fluye maravillosamente por la mezcla entre terror y misterio. La narración no tiene pausas innecesarias y se centra únicamente en los sucesos, así que no hay tiempo para detenerse en descripciones de paisajes o de personajes (las que hay son apenas suficientes); los caracteres de cada uno de estos se develan a lo largo de la historia y apenas en lo sustancial. Así que pueden estar seguros de que es una de esas historias que atrapa con facilidad, sobre todo para lectores con poca paciencia.

© K. Sánchez (11/08/21)

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