A dos años de la partida de Paola

Desde hace tiempo tenía en mente esta entrada, mas decidí que esta fecha sería la indicada para escribirlo y publicarlo y, entonces, aquí estoy.

El día de hoy se cumplen dos años del fallecimiento de mi amiga Paola Nieto, quien abandonó este plano por causa de un accidente de tránsito. Me agrada el juego de números que hay de por medio: su cumpleaños número 26 fue el día 13 de mayo de 2017, y falleció el 26 de mayo de la misma anualidad. Es un dato que siempre me causó mucha curiosidad.

¿Desde qué contexto hablo yo? Fuimos las mejores amigas durante nuestra adolescencia. Entiéndase la expresión 'mejores amigas' como esa figura bonita de compañía incondicional que incluía soportar nuestros cambios de ánimo, acompañarnos en nuestras rebeldías, tener malentendidos ocasionales, entender nuestros lenguajes raros, explorar nuevas cosas juntas, reír hasta más no poder, contarnos hasta los detalles más personales o vergonzosos, vernos todos los días en el colegio y, cuando no pasábamos la tarde juntas, seguir hablando por teléfono o chateando hasta que ya era hora de dormir y, a pesar de ello, no aburrirnos en absoluto. 

Dentro de ese universo de la mejor-amistad con alguien del mismo sexo en una etapa tan memorable como la adolescencia, resulta buena parte del carácter con el que uno empieza a asumir la juventud y, claramente, hay muchas cosas que quedan marcadas para el resto de la vida. Valga decir que, después de su amistad de mejor-amiga-mujer-adolescente, no he vuelto a contar con ninguna similar en mi existencia, y admito que a veces añoro mucho una presencia así en mi vida. Independientemente de nuestros errores y de nuestro carácter apenas en formación, era una amistad sincera y desinteresada.

La cuestión es que, hace un tiempo, su novio, Gabriel Díaz, contó su historia en relación con este trágico suceso para una columna de el periódico El Tiempo (diario de amplia circulación en Colombia). Dejo el link a continuación por si quieren contextualizarse un poco: "El día en que sobreviví al accidente en el que murió mi novia". Inicialmente fue publicado en mayo de 2018, aunque aparece fechado de abril de este año (y doy fe de que la publicación fue del año anterior).

Así, en redes sociales el artículo se volvió a postear y empezaron a llover comentarios (sí, como ustedes saben, estas herramientas le dan el poder de opinar y sentirse sabio y objetivo a cualquiera), más en contra que a favor de lo testimoniado por Gabriel. En resumen, muchas personas opinan que él se está lavando las manos y se está dando un protagonismo heroico a pesar de haber sido el culpable de la muerte de su novia. ¿Por qué? Dicen que el profesional que dio el informe sobre el accidente dijo que Gabriel había maniobrado mal el vehículo causando el accidente y, acorde con ello (según una lógica que no comparto), él merece desprecio total por haberle quitado la vida (eso último lo leí en comentarios de personas que la conocieron a ella y de otras que no).

Yo no soy amiga de opinar en contextos sensacionalistas y en los que cualquiera puede hacerlo, así que me reservé mi opinión y no entré a rebatir ningún comentario al considerarlo carente de sentido. Así, al sentir que sí tenía que decir algo al respecto, me pareció más adecuado poder extenderme en este espacio.

Voy por lo básico y respondo a la crítica directa: yo no considero que Gabriel haya tenido la culpa del fallecimiento de Paola. Ambos estaban corriendo el mismo riesgo, y es de cultura general saber que, cuando se conduce una moto, la vulnerabilidad es alta. Así mismo, es fácil tener claro que, en cualquier contexto, de una simple decisión dependen determinados resultados. Para el caso, un movimiento inadecuado, una reacción equivocada o cualquier otro factor tiene cierta consecuencia, y no depende siempre de la voluntad de una sola persona. El caso es que no vengo a justificar o a explicar el porqué del accidente, pues es algo que no pude presenciar y que, independientemente de ello, no cambiaría las cosas en ningún sentido.

Entrando en la materia que más me interesa resaltar en este momento, me atrevo a hablar de esta manera por la cercanía que tuve con Paola, y porque, a pesar de que nos hubiéramos alejado los últimos años, la conexión que tuve con ella se siguió manifestando. Con sorpresa y alegría me doy cuenta de que mutábamos durante las mismas épocas, y los cambios se orientaban hacia la misma mentalidad que, afortunadamente, para el tiempo de su partida, estaba basada en el amor al universo, en el fluir de la existencia y, en general, en la alegría infinita de estar presentes en el tiempo y en el espacio preciso para cada cual.

Así, cualquiera que la hubiese conocido a ella de modo un poco cercano, puede tener la certeza absoluta de que ella, desde el lugar en el universo en el que esté su alma, no guarda ni una gota de rencor, de rabia o de arrepentimiento por haber dejado este mundo, pues ese tipo de sentimientos ya no tienen siquiera oportunidad de anidarse en esa bella existencia. Aquí todo el mundo puede contrariarse y pretender tener la razón, y vivir enemistado con el recuerdo y la razón de su muerte, pero, como bien se sabe, esos son demonios con los que luchan las existencias que quedamos de este lado.

Por mi parte, me parece muy poco consecuente tratar de sabotear el proceso de Gabriel con comentarios tan poco compasivos. Él tuvo que continuar aquí, y estoy plenamente segura de que ella ha estado presente con su energía para colaborarle en su recuperación, tanto física como emocional, después de lo que pudo haber representado un acontecimiento de tal impacto. He pensado muchas veces en ello y, sinceramente, espero también su entera recuperación, y que dicho suceso signifique una transformación en su vida y de la mejor manera, a pesar de que ya no pueda compartir con ella en este contexto. 

Por último, me parece un tanto ridículo juzgar lo dicho en el artículo porque habla desde el punto de vista de Gabriel. Si es su testimonio, ¿cómo habría de tener otro protagonista? Es básico reconocer que es una pieza autobiográfica y lo digo desde un punto de análisis de lectura bastante simple. 

Así, para finalizar, espero que quienes hayan conocido a mi amiga tengan muy presente lo dicho anteriormente, y sean como Paola: amen mucho, siempre. Es mi perspectiva, claro, y no pretendo establecerla por encima de la de nadie más. 

En conclusión, el punto básico es aprender a vivir los procesos propios con mucho amor y dejar de entorpecer los de los demás; ayudar en cuanto sea posible y, a toda costa, evitar cargar con rencores y demás sentimientos que, en vez de producir algo bueno o agradable, multiplican lo más detestable que puede llegar a crear un ser humano: la réplica continua de su propia miserableza.

¡Intentémoslo otra vez!


Bienvenidos sean todos mis lectores curiosos, tanto los conocidos como los desconocidos, así como los nuevos y los antiguos. A quienes no me conocían en este ámbito, me presento con este pequeño párrafo y espero pueda ser de su agrado este nuevo experimento literario. Si bien se trata de un proyecto de carácter personal, no todo lo que aquí se escriba será fiel muestra de lo verdadero ni tendrá carácter autobiográfico necesariamente. Tendrá también toques de ficción y meramente literarios, porque la idea es volver a ejercitar habilidades en lo escrito, así que, según se presupuesta, los contenidos serán supremamente variados, buscando simplemente satisfacerme y motivarme un poquito más. Claro, de paso, maravilloso sería si les cautivo de alguna manera y consideran invertido su tiempo luego de leer cualquiera de mis inventos.

Por otra parte, a quienes ya me habían leído, ¡qué detalle tenerlos aquí todavía! Me parece muy interesante que, así como yo tendré la oportunidad de descubrir por este medio mis avances en lo personal y en lo literario, también puedan ustedes apreciar ese cambio (fueron años sin escribir). De igual manera, espero les siga agradando mi producción, y me hace feliz que aún confíen en mi pluma.

Así que, bueno, aquí estoy de nuevo y haré mi mayor esfuerzo por mantenerme. Ya no es falta de inspiración, no es tristeza ni desánimo. Ahora es todo lo contrario: son nuevas experiencias, es motivación, es amor, es agradecimiento, es movimiento infinito y es energía rodando sin control en toda mi existencia. Es una reconciliación de la cual me siento muy orgullosa y que voy a explotar al máximo.

Nuevamente, a todos, gracias por pasar un rato por aquí. 


P.D.: Pusheen es apropiada para todo 💗


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